jueves, 23 de mayo de 2013

La vida escolar.


Antes de ingresar a las escuelas de primeras letras, algunos asistían a "las amigas"  (lo que yo conocemos como preescolar), donde una anciana era la encargada de la educación de los niños mediante el método individualizado, les enseñaba el deletreo, las silabas y las palabras con la cartilla común. La anciana les enseñaba mediante el canto pues ella les entonaba la pregunta y los niños contestaban a coro con el mismo tono. Al terminar con esta educación, pasaban a o que eran las escuelas de primeras letras.
Las cases en las escuelas de primeras letras comenzaban a las 8:00 am, pero como no era obligatoria como hoy y no existían reglas, muchos llegaban a las 9:00 am o más tarde, poniendo pretextos a veces tontos, pero la mayoría decía llegar tarde porque sus papás no les daban desayuno antes de irse a clases, así que se optó por darles alimentos a los niños dentro de las escuela.
Debido al nivel económico de la mayoría de los niños, estos asistían a las escuelas gratuitas, donde se les enseñaban a leer con el deletreo y la combinación de palabras sin sentido que era dirigido por el preceptor para después enseñarles a escribir con letra redondilla y bastardo, lo que importaba era tener una letra clara; por último el conteo sin dejar de lado la religión. En realidad, en lugar de llegar a la comprensión solamente memorizaban lo que les decían. También les enseñaban educación civil, es decir, sus derechos y obligaciones, además que les inculcaban el patriotismo y la lealtad.
Los jóvenes de acomodados, los de alto nivel, iban a escuelas con maestros de renombre en escuelas particulares donde, además de lo anterior, se les enseñaba gramática y ortografía a diferencia de las gratuitas donde no había espacio para esas clases así que el maestro les daba algunas lecciones con la marcha del aprendizaje. Aunque con el paso del tiempo los que asistían a escuelas de paga se fueron cambiando a escuelas gratuitas pues veían que les enseñaban lo mismo que en las escuelas de paga.

Usaban plumas hechas por el profesor con plumas de animales con características específicas, como por ejemplo, tenían que tener inclinación hacia el índice de la mano con la que escribían. El logro más importante que tenían los jóvenes era el de recibir aquel papel fino que hacia el maestro y escribir en él lemas para hacerlos públicos.
Estas escuelas eran cuartos, casas o conventos rentados que adaptaban para dar las clases, pero debido a que estos edificios habían estado abandonados por un tiempo había problemas con la luz, el clima y los servicios sanitarios. A diferencia de los preceptores, los frailes (que eran los encargados de las escuelas particulares) usaban cuartos grandes. Divididas en dos cuartos, uno para leer y el otro para escribir. La diferencia que hay entre aquella época y esta es que los niños ya no pueden ser castigados severamente, pues en esa época no podían salir sin permiso y si no hacían caso los castigos eran severos. Egresaban a los 11 años, tal como en la actualidad. Y para los que tenían acceso, podían ingresar a colegios mayores, seminarios o alguna carrera.

Los maestros preceptores.



Durante la colonia, los preceptores no tenían prestigio y reconocimiento ante la sociedad a diferencia de los maestros del gremio que tenían demasiados privilegios y respeto; cuando hablaban de su trabajo lo hacían usando términos elevados y especializados ante el resto de la sociedad, como para marcar la diferencia, hacían ver que ser maestro era algo honorable y de alto nivel; pero cuando hablaban de sus sufrimientos, lo hacían con realismo, contaban con palabras comunes lo que sufrían, se quejaban del salario tan bajo que recibían, de la falta de reconocimiento por su trabajo y de respeto por parte de la sociedad, también se quejaban porque sus familias no tenían amparo alguno con el trabajo que ellos ejercían y mucho menos tenían servicios para el cuidado de su salud. La idea de que ser maestro preceptor de primeras letras era un trabajo de mucho riesgo.
Lo raro es que se creía que la educación de primeras letras (o primaria) era el motor de desarrollo (es decir, como el inicio del sistema educativo en la actualidad). Y aun así, los gobernantes de aquella época que eran los que supervisaban la educación, no tenían ni la menor idea de la realidad que estaba pasando dentro de las instituciones; esto también se puede ver hoy en día, pues los secretarios no ven el terreno real, incluso hay quienes llegaron a sus puestos sin pasar por un aula de clases.
En aquel entonces, los maestros tenían la idea de que si no los alumnos no aprendían entonces no tenían por qué esforzarse en enseñarles. Como consecuencia, la sociedad los culpaba si el alumno no aprendía pero cuando lo hacia lo atribuían a las capacidades con las que contaba el alumno, decían que trabajaban por interés debido a todas las quejas y servicios que pedían; y finalmente, los padres no dejaban que castigaran a sus hijos y con el tiempo esa costumbre se fue desarraigando.

El gremio de maestros.



En el pasado el gremio de los maestros se creó para protegerse de la competencia y de la mala calidad de otros maestros. Gracias a estos gremios, ellos eran de gran importancia y reconocimiento ante la sociedad, es decir, se les tomaba en cuenta para todo.
Contaban con muchos privilegios, tenía fuero y no podían ser encarcelados, podían portar armas para su seguridad social, pero para poder ser maestros tenían que ser españoles (de sangre pura) y cristianos. Sus espacios laborales solamente podían ser quitados por dos razones: o morían o tenían demasiados años como para seguir trabajando de maestros.
Contaban con un dirigente, conocido como “El maestro mayor”, quien encabezaba al gremio, era la autoridad, quien examinaba a lo que hacían examen para ingresar al mundo laboral y era quien vigilaba las escuelas. Gracias a su rango, en sus manos tenían el poder de la corrupción pues por unos cuantos pesos daba licencias para trabajar de maestros a quienes no estaban capacitados o que ni siquiera presentaban el examen de ingreso.
Uno de esos dirigentes, Rafael Ximeno, estaba a favor de la enseñanza pues intentaba mejorarla lo único malo es que era muy corrupto, se dejaba influenciar por aquellos a los que les otorgaba licencias provisionales e integraba al gremio tan pronto como hubiera una vacante disponible.
Dentro de esa época, existía una gran rivalidad y distinción entre las escuelas gratuitas y privadas. Había una competencia y creían que las escuelas pías (como se les llamaba a las escuelas gratuitas) eran para los pobres que no tenían dinero y las privadas para los ricos, los hijos de gente con poder.
Con esto, nos podemos dar cuenta de que la educación actual no es muy diferente a la de aquellos siglos, pues hoy en día sigue existiendo esa protección laboral que en lugar de ser gremios se conoce como SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación), donde hay un cabeza que se aprovecha de la situación para su propio beneficio haciéndole creer al resto de la gente que todo es por el bien de la educación.


En cuanto a la distinción de las escuelas el pensamiento sigue siendo el mismo, piensan que por ser rico tienes que ir a una escuela de paga y si eres de escasos recursos tienes que ir a una escuela pública o incluso ni siquiera ir a la escuela. Los privilegios no son tan importantes o influyentes como los de antes pero sí tienen vacaciones, prestaciones, afiliación, y más; pero en donde sí hay una gran diferencia es en cuanto al prestigio de los maestros, pues entre más tiempo pasa parece ser que van perdiendo esa influencia que tenían ante la sociedad, ahora simplemente lo ven como un trabajo más.

La Educación que impartían los Franciscanos.


Hay que recordar que los franciscanos tuvieron escuelas gracias a los misioneros apostólicos que llegaron a Nueva España (como era conocido antes México) pidiendo que se les diera la oportunidad de enseñar, instruir y educar a sus hijos; en ese tiempo se les nombraron como “los doce”.
Gracias a su llegada, los franciscanos comenzaron a enseñar su religión a los indios en escuelas monasterios, es decir, escuelas que estaban dentro de los monasterios y que tenían capillas, refectorio y dormitorio. Ahí se les enseñaba a leer, escribir y contar, pero sobre todo se les enseñaba la doctrina cristiana, pues era a esta última a la que le daban más importancia en aquellas épocas.
¿Te imaginas como eran las reglas de esas escuelas? Si en la época prehispánica, la educación era muy rígida y los castigos severos… ¿cómo sería ahora que estaban siendo gobernados por personas que no tenían los mismos intereses que los indios? Bueno, el régimen y educación seguía siendo similar a la del Calmecac, recordemos que en aquella época lo primordial era la política, pero más importante aún la religión y si no cumplían con lo que se les mandaba eran castigados, solamente que ya no eran castigos ni golpeados, más bien se dedicaban al bien espiritual y la elevación de la cultura que había en esas épocas.
Dentro de todo, los frailes que eran los encargados de la educación, ya no restringieron el acceso a ésta para los nobles o españoles sino que el acceso era para todos, incluso para los indios, ¿por qué? Porque ellos veían en los indios a personas capaces y con las mismas posibilidades de adquirir y desarrollar conocimientos que los españoles. De ahí que las posibilidades para sobresalir fueron las mismas aunque siempre existieron trabas.
Es interesante saber que de tanto acceso que le dieron a la gente para estudiar, y la falta de castigos y reglamento, los que aprendían comenzaron a ser irrespetuosos y como consecuencia se tuvo que crear un plan de estudios que fuera de todo el día. Estos niños, comenzaron a propagar el apostolado siendo un arma peligrosa para la religión prehispánica; y por ello, disponían de más libertad para predicar, ms respeto y eran bien recibidos, ordenaban y destruían templos prehispánicos delatando a los idolatras.
Lamentablemente hubo muchos que se fanatizaron por el apostolado, que llegaron a matar gente por ver que no cumplían con los mandatos (desde su punto de vista). Ante esto, los españoles se atemorizaron, creían que al ver lo que ocurría, los indios reaccionarían, se indignarían y rechazarían sus creencias religiosas, pero los indios les temieron y terminaron aceptando la religión. Ya con el paso del tiempo la educación de la época colonial comenzó a sufrir cambios.